
Pues bueno, en nuestra universidad, el Rector Doménech me ha encargado que asuma las tareas de dirección de dos de estas áreas, la de internacional y la de excelencia, siendo esta última en estos momentos la vinculada al desarrollo del Campus de Excelencia Internacional CEI Canarias.
Hoy voy a intentar en este post contarles por qué este interés estratégico de la internacionalización de las universidades. A ver si lo consigo.
Podemos enfocarlo desde dos puntos de vista: por un lado como generador de oportunidades para nuestros alumnos locales y, por otro, como atractor de talento.
Generar oportunidades para nuestros alumnos
Que un joven titulado tenga una experiencia internacional es hoy en día un valor añadido a su formación que queda fuera de toda duda. ¿Cómo se la proporcionamos?
Obviamente, quien se la pueda costear lo tiene fácil, aplica a una plaza universitaria en un tercer país, paga tasas mucho más elevadas que las españolas (p.ej. 3.500 GBP en UK) y ya es un alumno internacional.
Pero seamos realistas, aparte de la restricción económica, la realidad de los universitarios españoles es que sólo el 7% cambia de distrito universitario, frente al 68% de EE.UU. y el 52% de UK por ejemplo. ¿Luego cómo lo hacemos?
La experiencia internacional debe tener una fase inicial, de primer contacto, y esa puede ser en el marco de un programa de movilidad durante los estudios de grado. Erasmus es el ejemplo en la UE, pero hablamos de cualquier oportunidad de estancia en otro país. Los costes pueden ser financiados con becas o no, porque si nos vamos a un país de renta más baja (Latinoamérica por ejemplo), los gastos pueden incluso disminuir con respecto a vivir en tu comunidad autónoma.
A partir de este primer contacto, se abre una ventana de oportunidades: evaluación personal de la capacidad de salir del entorno más conocido, adaptación a los cambios, conocer nuevas formas de vida, acercarse a otros mercados laborales, etc.
Atraer talento
Pero, esto de que se vayan los nuestros, y además los buenos, ¿es rentable? Si conseguimos ser suficientemente atractivos (que lo somos), entraremos en un intercambio de "prisioneros", y a la vez que unos se van, otros vienen. Manteniendo el flujo constante, en media saldremos ganando, y mucho.
Vienen a aprender, a conocernos, a ver cómo pueden hacer negocio aquí o desde su país, en definitiva, estar en un circuito de gente con talento moviéndose por Europa y el Mundo. No podemos sobrevivir únicamente del turista que viene 10 días de media, eso no es globalización, eso es comercio alejado de la sociedad del conocimiento.
Si conseguimos que se queden algunos, que los que se van intenten mandarnos iguales a experimentar, nos irá bien. Tenemos que aprender a hacer negocios internacionales, y para ellos debemos conocer a nuestros pares en terceros países. Si ellos nos conocen y nosotros a ellos, las cosas será más fáciles.
En la ULL estamos en este curso 2011-12 en unos 420 alumnos Erasmus que nos visitan, y enviamos fuera unos 300. Nuestra renta más baja pesa en la movilidad, pero atrae a los visitantes. De los más de 3000 Erasmus que hemos recibido desde el inicio del programa en la ULL, allá por el año 2000, cerca del 3% ha vuelto a nuestras aulas como alumno oficial.
Nuestro reto ahora es atraer más alumnos de Latinoamérica y África, porque la siguiente edición del programa Erasmus, en el 2014, abarcará todo el planeta, cualquier alumno de la UE podrá recibir una ayuda para realizar una estancia de estudios en cualquier universidad del mundo con quien su universidad convenie. El nombre del nuevo programa es sugerente "Erasmus for All".
Estamos en ello.
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