Esta frase me lleva todo rondando todo el fin de semana desde que la leí:
Muy bien, llegamos al final: ¿Estamos encarando bien los cambios? ¿Estamos respondiendo a los retos que nos plantea la sociedad (ver mi entrada anterior)?
La educación, o mejor dicho, los educadores, somos un colectivo donde la cuestión de "la gestión del cambio" creo sinceramente que tiene mucho (muchísimo) por desarrollarse aún. Experiencias y cifras nos indican que no son suficientes: recursos, motivaciones, deseos, habilidades y destrezas.
Se puede definir el cambio organizacional como el proceso de transición, desde una situación actual a una futura, deseada por visualizarse como una mejora. A nivel de empresa, las áreas involucradas en un proceso de cambio organizacional son: institucionales relativos a:
Pues todo esto, que no es poco, está presente cada día en la educación, todos los días hay que gestionar algún cambio, minúsculo tal vez. Y esto nos lleva a la frase del principio. Por eso me ronda la cabeza. ¿Lo estamos haciendo bien?
y creo que ya la he ubicado en mi entorno. La educación es un entorno social muy particular, y creo que esta frase la describe completamente. Lo explico.
Día a día, cuatrimestre a cuatrimestre, curso a curso,.. creo sinceramente que los miembros de la comunidad educativa realizan su actividad sin grandes sobresaltos, regularmente, eficientemente,..., y pongan todos los -mente que quieran. ¿Qué cambios perciben? Creo que pocos.
Veo muchos educadores que de un plumazo podríamos decir que llevan 25 años haciendo lo mismo (son los que ya llevo yo en el negocio). Los cambios vienen enormemente marcados por la variación de alumnos, porque los colegas y colaboradores casi no cambian (ahora sólo por jubilaciones pero sin nuevas incorporaciones por la crisis), y los cambios legislativos (nuevas leyes educativas, nuevos planes de estudio, nuevos procedimientos, etc.).
Los alumnos cambian, pero nos cuesta mucho identificar esos cambios propios de cada generación (unos 10 años aproximadamente y, en este país, una o dos nuevas leyes educativas en ese periodo), y siempre cada "hornada" nos parece menos dispuesta/diligente que la anterior (y la ley peor aún). La contrapartida es que cada "nueva generación" la bautizamos como "la mejor preparada de la historia", (aunque algunos colegas lo discuten con virulencia y otros muestren que no han habido tantos cambios (ver el blog de economía Nada es Gratis).
La educación, o mejor dicho, los educadores, somos un colectivo donde la cuestión de "la gestión del cambio" creo sinceramente que tiene mucho (muchísimo) por desarrollarse aún. Experiencias y cifras nos indican que no son suficientes: recursos, motivaciones, deseos, habilidades y destrezas.
Se puede definir el cambio organizacional como el proceso de transición, desde una situación actual a una futura, deseada por visualizarse como una mejora. A nivel de empresa, las áreas involucradas en un proceso de cambio organizacional son: institucionales relativos a:
- valores: misión, visión;
- estructurales: que implican alteraciones en la división de los puestos de trabajo y reajustes de roles;
- tecnológicos: que involucran aspectos como la tecnología de la información y máquinas en general;
- estratégicas: que están asociadas a reposicionamiento del mercado
- culturales.
Pues todo esto, que no es poco, está presente cada día en la educación, todos los días hay que gestionar algún cambio, minúsculo tal vez. Y esto nos lleva a la frase del principio. Por eso me ronda la cabeza. ¿Lo estamos haciendo bien?
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