La verdad que el aula me carga las pilas. Entrar al aula me desconecta de lo que hay fuera, me ayuda a focalizar energías hacia otros, y para ser sincero, me creo que lo que hago es importante para ellos.
Y si defiendo la docencia no presencial (virtual), ¿cómo se come que me guste tanto la presencial? pues porque no se pueden poner puertas al campo. Si quiero mantenerme en atender al mismo tipo de alumnos (de nuevo ingreso) toda la vida... terminaré cargándome toda la universidad. Si no abrimos nuestras puertas a nuevos formatos de alumnos.... terminaremos cargándonos toda la universidad.
Tenemos que adaptar nuestra oferta a las necesidades de la sociedad, y resulta que muchos de nuestros antiguos alumnos desean recibir formación especializada y avanzada, pero resulta que viven en otras islas, tienen responsabilidades profesionales, etc., .....y, lo que es más importante, se lo ofrecen una lista interminable de universidades para que lo aprenda desde su casa.
De todas formas, repito, estoy encantado de volver a clase.
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